Dentro del certamen Jugend Musiziert, impartí un taller de percusión corporal, para jovenes promesas musicales. Todos eran instrumentistas que no tenían nada que ver con la percusión, pero si sabian de la importancia de la rítmica en la música. Fue muy divertido y creativo a la vez, ya que utilizamos nuestro cuerpo y la voz para crear ostinatos rítmicos, al que acompañabamos con improvisaciones de los participantes.
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